Home De Autor «Hábitos saludables: el valor de los hábitos simples», por M. del Valle

«Hábitos saludables: el valor de los hábitos simples», por M. del Valle

Quizás sea hora de entender que los hábitos saludables no nos quitan libertad, nos la devuelven. La libertad de sentirnos fuertes, de disfrutar lo cotidiano y de atravesar la vida con más ligereza.

Con los años descubrí que la salud no se construye en un gimnasio ni en una farmacia, sino en los pequeños gestos del día a día. Esas decisiones que parecen insignificantes —tomar agua en lugar de gaseosa, caminar unas cuadras en vez de subir al colectivo, apagar el celular media hora antes de dormir— son, en realidad, las que van marcando el rumbo de nuestro bienestar.

Durante mucho tiempo pensé que cambiar de hábitos implicaba un sacrificio enorme. Me imponía rutinas imposibles y, como era de esperar, terminaba abandonándolas a la primera frustración. Hoy entiendo que lo pequeño y constante siempre vence a lo grande y fugaz. Una caminata diaria, por más breve que sea, termina sumando más que una semana entera de esfuerzos concentrados.

También aprendí a darle importancia al descanso. Dormir bien parece un lujo en estos tiempos de pantallas y notificaciones constantes. Pero cada noche en la que priorizo el sueño me doy cuenta de que el cuerpo agradece, la mente se aclara y el ánimo cambia. El descanso no es pérdida de tiempo: es inversión en nosotros mismos.

La salud emocional merece un capítulo aparte. Respirar profundo, tomar un café sin apuro, compartir una charla sin mirar el reloj… Son cosas simples, pero con un efecto enorme. El equilibrio no siempre está en hacer más, sino en aprender a detenerse. A veces el mayor acto de valentía es darnos permiso para bajar la velocidad.

Cuidarnos no debería vivirse como una obligación pesada, sino como un acto de amor propio. Es elegir estar presentes, con energía y con ganas de vivir. Porque cuando estamos bien, también estamos mejor para quienes nos rodean. Ese círculo virtuoso se contagia y, sin darnos cuenta, empezamos a inspirar a otros.

Quizás sea hora de entender que los hábitos saludables no nos quitan libertad, nos la devuelven. La libertad de sentirnos fuertes, de disfrutar lo cotidiano y de atravesar la vida con más ligereza.

Y si algo aprendí es que no hace falta esperar al lunes, al inicio de mes ni al nuevo año. Todo puede empezar ahora: un vaso de agua, un respiro profundo o una caminata corta. El bienestar no es una meta lejana, es un camino que se empieza a recorrer con un solo paso.

M. del Valle, Vida en Movimiento.

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